Como ya dijo Platón; no dejes crecer la hierba en el camino de la amistad: la amistad, que no se sabe por donde anda, quizás está en tu pecho, o camina por el aire.

Aunque puede estar aquí, mucho más cerca de lo que pensamos. Son aquellos momentos, que desviaron nuestro destino, nuestra sonrisa de niños, aunque muchas veces se escondió y no era lo que renovaba la esperanza, una esperanza nueva cada día.

Alegrías y muchos sueños esparcidos por el camino. Sentir, pensar pero no encontrar la tan ansiada respuesta. Este sentimiento, corazón, juventud, fe...

Hay que guardarla en el lado izquierdo de tu pecho, donde lo que importa solamente es oír la voz que sale de tu corazón. Hay que guardarlo dentro del pecho aunque el tiempo y la distancia te digan que no.

Yo al ver como mi amigo partía, y como me quedaba, pensando, volando, sólo. Ya no me acordaba ni dónde ni cuándo te conocí.

Mi a amigo, algún día volveré a encontrarte.

Algún día. Algún día volveremos a vernos.

Sin que el tiempo pueda llevarse nuestros mejores recuerdos, las palabras de apoyo, las caras de asombro, hasta esa misma faz en cólera, o alegre por las victorias y derrotas que cosechamos puntos.

Andábamos tranquilos, felices, tan inseguros de que la risa fuera la distancia mas corta entre dos personas como nosotros, que nos reíamos sin necesidad, en momentos malos, buenos... nos reíamos, éramos felices para todo; en todo.

Tú siempre me decías eso de que desconfiar de un amigo era mas vergonzoso que ser engañado por ellos. ¡Cuántas veces nos engañamos, sin sabes porqué, nos engañábamos sin desconfiar nunca uno del otro!

Yo no quiero negar aquello que no conozco, sé que está y siempre estará aquí, allí, donde quiera que yo vaya. ¿Es amistad? ¿O esta no es la pregunta?

¿Dónde está nuestro futuro? El mío lo tuviste tú, el tuyo lo tuve yo. Nuestros sueños ¿Se harán realidad? Amigo mío.

Estas palabras son como correr detrás del viento; como añoranza del pasado; búsqueda del bien ajeno; la intención de realmente saber lo que se está haciendo, caminando mientras se mira lo que se deja atrás, aquella buena semilla que me enseñaste a cuidar y cultivar para que ahora crezcan las flores y que en un futuro la vida nos dé los frutos.

Planes, recuerdos, héroes, felicidad, muerte, vida, todo, nada. El lleno y el vacío, la forma de superar nuestra verdad. Esa es y será nuestra amistad.

Yo puedo más. Ni la distancia; casi imposible de salvar, será la que me haga parar de soñar, no lo dejaré pasar, seguiré hasta el final. Contigo, como lo hacíamos de niños.

Un amigo es un tesoro, no lo dejes escapar...